"Gerónimo; una leyenda americana". Correcta crónica del final de una época
¡¡¡Un saludo, damas y caballeros!!!
Esta mañana yo, el Paladín de Khorne, me dirijo a todos vosotros para haceros llegar algo muy especial. Así es, en efecto. Por primera vez en lo que a mi participación en esta sección se refiere, no me dispongo a hablaros de un reciente estreno cinematográfico, ni tampoco de una película que actualmente se encuentra en cartel. En este día mi intención es comentar un film cuya realización se remonta al (ahora lejano) año 1993. Y esa película responde al título de "Gerónimo; una leyenda americana".
Sin duda muchos de vosotros os estaréis preguntando a qué se debe este súbito e inesperado cambio de rumbo. Y, sin embargo, la respuesta en bien sencilla, pudiendo definirse como un simple recuerdo de una época pasada. Hará más de seis años desde que vi esta película por primera vez, en TVE2, durante una de las emisiones del célebre programa "Qué grande es el cine". Desde aquel primer visionado, la que nos ocupa fue una producción que me llamó notablemente la atención, ya que rompía con los arquetipos comunes a la mayoría de los "western", y, más concretamente, con los propios del cine "de la caballería" (dada mi juventud por aquel entonces, precisé de la inestimable ayuda de mi padre para alcanzar esta conclusión). Tras un largo periodo en el que apenas recordé esta cinta, recientemente (esta noche, para ser más preciso), he podido disfrutar de ella de nuevo, y así volver a deleitarme con las novedades que ofrece este atípico film.
A pesar de ser una película relativamente desconocida, "Gerónimo; una leyenda americana" es un "western" de una gran calidad y realismo. Dirigida por Walter Hill (autor de numerosas obras de acción, como "Límite 48 horas" y "El último hombre"), su reparto está constituído por una sucesión de nombres conocidos y prestigiosos, tales como Matt Damon, Gene Hackman y Jason Patric.
El film es una recreación más o menos fiel de la llamada "Campaña Gerónimo", operación militar emprendida por el gobierno de los EE.UU. en 1885, y que tuvo por objetivo la captura del último gran jefe indio aún en armas en el Oeste: el apache chiricahua Gerónimo (Wes Studi, actor cherokee que se dio a conocer interpretando al sanguinario hurón Mawa en el clásico de aventuras "El último mohicano"). La sucesión de estos acontecimientos (que marcaron el final de las "guerras indias") es narrada a través de las vivencias de cuatro personajes: el propio Gerónimo; el general de brigada George Crook (Hackman), al mando de la operación; el teniente Gatewood (Patric), un oficial veterano y gran conocedor de la cultura apache; y el subteniente Davis (Damon), recién incorporado a filas y que hace las veces de narrador de la historia.
Como ya he mencionado anteriormente, este "western" no se rige por los patrones propios de la mayoría de las películas que tienen por protagonista a la caballería de los EE.UU. Lejos de los clásicos de John Ford (como "Fort Apache" o "Misión de audaces"), en esta cinta no encontraremos tiroteos desenfrenados e irreales, héroes nobles y desinteresados ni malvados indios sádicos y violadores. Tampoco seremos testigos de gloriosas y heroicas cargas de los "casacas azules" que tanto gustaban al tuerto director, con los sables desnudos y centelleantes, las banderas ondeando al viento y el interminable toque de corneta. Aquí la acción es breve y gris, carente de todo romanticismo y de cualquier clase de exageración. Son muchos los que han criticado este aspecto, calificando por ello al film de aburrido y poco ágil. Sin embargo, es ahí, a mi juicio, donde radica su verdadero mérito; en el realismo que destila. En esa realidad sucia y cruel, alejada del romanticismo inherente a otras producciones del género.
En lo que respecta a las interpretaciones, los principales protagonistas cumplen con su cometido con una gran calidad. Studi moldea un Gerónimo belicoso e inculto, impulsado a la guerra por su "fanatismo libertario" y por su incapacidad para el diálogo. Damon se desenvuelve con corrección en su papel de joven e inexperto oficial, deseo de cubrirse de gloria pero, también, de respetar el modo de vida apache (dos metas imposibles de emparejar). Por su parte, Patric (en el que ha sido uno de los mejores papeles de su carrera) recrea con gran perfección al teniente Gatewood, hombre lacónico y curtido, verdadero ejemplo de oficial y caballero que, pese a respetar (y, en cierto modo, admirar) a sus oponenetes apaches, es consciente de que, por encima de todo, está su deber de soldado. Sin embargo, si hay un nombre que, en mi modesta opinión, merece la gran mayoría de los elogios, es Gene Hackman. El veterano actor logra una reconstrucción impecable del general Crook, oficial culto con una prestigiosa carrera a sus espaldas, cuyos métodos, excesivamente humanos (al menos, a ojos de las altas esferas yanquis), le acarrearán nefastas consecuencias para con sus superiores. Hackman, con su innegable calidad, ha sido capaz de devolver a la vida a uno de los generales más respetados del U.S. Army; un hombre con un gran sentido del deber, pero a al mismo tiempo razonable y abierto al diálogo, que nos brinda algunos de los momentos más emotivos del film (la despedida que sucede a su fracaso, en su melancólica sencillez, es realmente conmovedora).
Pese a haber recibido críticas dispares, y a haber pasado por las taquillas sin pena ni gloria, "Gerónimo; una leyenda americana" es, sin lugar a dudas, una película que merece ser vista. Una reconstrucción fiel (al menos, visual e interpretativamente) del final de una época fascinante, y del inicio de un mundo en el que los valores del respeto y la admiración hacia el enemigo se perdieron definitivamente. Atractiva, en suma, para todo aquel que desee asomarse a la realidad del exterminio de una cultura.
2 comentarios
Cris -
Señor D -
Como se nota que vas para periodista xDD