'El hombre que salvó el mundo', o la versión turca de Star Wars
¡¡¡Buenas noches, mis queridos lectores!!!
Un saludo del Paladín de Khorne, en mi primera intervención en la que seguramente sea la sección más bizarra de este blog. Y esta noche tengo algo muy especial que ofrecerles. De modo que atención, por favor.
Desde sus más remotos inicios, la historia del cine nos ha legado títulos de muy variada calidad; desde las grandes obras maestras del celuloide, como "Casablanca" o "El Padrino", hasta películas de una calidad un tanto inferior, al estilo de las protagonizadas por esos maestros de la interpretación que son Chuck Norris o Steven Seagal (los brazos "duro" y "hortera" de la ley, respectivamente). Sin embargo, lo que ustedes están a punto de visualizar va más allá de lo creíble. Es un paso más (o menos, según se mire) en lo que a basur... Estooo... En lo que a arte cinematográfico se refiere. Algo sencillamente indescriptible. Y esta incomprendida joya fílmica nos llega desde Turquía.
Durante los años primeros años 80 del siglo XX, y hasta la aprobación de su actuál Constitución democrática en 1982, Turquía vivió un período de dictadura militar durante el cual fueron duramente restringidas todas aquellas manifestaciones culturales que supusiesen un atentado contra los valores tradicionales del estado turco. Semejantes restricciones afectarón también al mundo del cine, y, de este modo, algunas de las grandes producciones cinematográficas de la época vieron prohibida su exhibición en las salas otomanas. Los cineastas del país (visto el resultado, llamarlos "cineastas" podría ser considerado como un eufemismo cruel), conscientes de que la sociedad necesitaba formas de esparcimiento y ocio, tomaron la determinación de rehacer los films procedentes de occidente, censurando todos aquellos contenidos considerados "peligrosos para el Estado", y añadiendo sus propias ideas a los guiones. Y así nos encontramos con obras del ¿prestigio? de "Aysecik Ve Sihirli Cüceler Rüyalar Ülkesinde" ("El Mago de Oz"), "Seytan" ("El Exorcista") o "Badi" ("E.T."). Huelga decir que, en el momento presente, semejantes joyas no las conoce (perdón a los puritanos por la expresión) ni Dios.
Una de las creaciones durante aquel período de "sequía cinematográfica" fue "Dünyayi kurtaran adam" (traten ustedes de pronunciarlo si así lo desean, porque yo me niego), "El hombre que salvó el mundo" en castellano, y, al menos en lo que a la intención de sus guionistas se refiere, una versión nativa del clásico de aventuras "La guerra de las galaxias". Es del año 1982 (gloriosa despedida para la dictadura, sin duda), y su director responde al nombre de Çetin Inanç (si alguien puede decirme alguna otra peklícula suya, por favor, póngase en contacto conmigo). Y, antes de continuar este comentario, es preciso mencionar que está considerada como el mayor caso de plagio y piratería productiva de la historia del celuloide.
El argumento (si es que puede afirmarse que esta cinta posee semejante cosa) es, para qué negarlo, bastante simple: un tipo (interpretado por Cüneyt Arkim, actor que, bromas aparte, gozó de cierto prestigio en Turquía) debe salvar al mundo de la destrucción a manos de un megalómano ataviado con una armadura de gomaespuma. Para ello, deberá enfrentarse (a puñetazos, patadas y saltos; aquí las armas láser no tienen cabida) a peluches gigantes, sicarios vestidos de chinos y robots hechos con cajas de cartón coloreadas. Punto. Más sencillo que el mecanismo de un sonajero. Todo eso en 92 delirantes minutos, en los que con las escenas anteriormente descritas se intercalan fragmentos de la auténtica "La guerra de las galaxias", y aderezado el conjunto con la música de "En busca del arca perdida". Todo un derroche de medios.
En fin. Mi tiempo se ha agotado. Y, aunque dispusiese de él, me abstendría de añadir crítica alguna acerca de este despropósito (entiéndanlo; tengo mi punto de dignidad). De modo que, sin más, les dejo con el combate final de esta "perla" del cine otomano. Vean y juzguen por ustedes mismos.
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